6 principios para mejorar el clima laboral de tu pyme y crear sinergias

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01 (227)Bajo las circunstancias actuales, muchos clientes nos comentan las dificultades que viven en su empresa para cohesionar a la plantilla. Más allá de la terrible cifra de paro y la complejidad de la situación, una crisis como la actual puede hacer mella en el clima laboral de tu pyme. Quizás, sea el momento de replantearse la relación que fomentas entre  las personas con las que trabajas. Hay que tener en cuenta que mejorar el clima laboral tiene incontables beneficios en el bienestar de los trabajadores y, por lo tanto, en el futuro de la empresa. El principio es muy básico: si uno de tus empleados recibe una oferta de trabajo bajo condiciones similares a las actuales, ¿se quedaría o se marcharía?

Si estás seguro al 100% de que tu capacidad de retención de talento es inmejorable, deja de leer este post. Tu gestión es inmaculada. Leer esto puede ser dañino para un directivo de tu talla. Sin embargo, si no eres capaz de poner la mano en el fuego por la fidelidad de tus trabajadores, quizás deberías repasar los siguientes 6 principios básicos para mejorar el clima laboral de tu organización y retribuir a tu equipo como se merece.

Conoce a tus empleados

Si lo único que sabes de tus empleados se limita a su equipo de fútbol, su extraña afición a las corbatas horteras o que, recientemente, su hijo o hija (ni siquiera lo recuerdas) ha hecho la Comunión, tienes un problema. Las personas sienten, desarrollan empatía, y puede que tú creas que ellos están felices con esa situación, pero no es así. Desde luego, no les “gusta cuando callas porque estás como ausente”.

Debes conocer sus motivaciones, qué esperan del ejercicio de su profesión, qué significa para ellos acudir todos los días a trabajar. Las grandes compañías gastan cantidades ingentes de dinero para determinar la cultura empresarial de su organización. Una pyme tiene la posibilidad de analizar con mayor esmero el clima laboral que se respira (ten en cuenta que no es lo mismo estudiar la cultura empresarial de una empresa como BBVA que de una pyme con 5,10 o 15 empleados). No sirve de nada hacerse el remolón, ni hace falta que los sientes en el diván; simplemente observa su afán por prosperar, sus ganas de ser más competitivos, si interiorizan su trabajo como un reto o como un mero recurso para subsistir.

Cuando lo tengas claro, puedes acometer la siguiente fase. Se trata de preguntar qué opinan de la empresa, que te digan lo positivo y lo negativo y, lo más importante, qué ideas se les ocurren para que mejore.

Conoce lo que los empleados piensan de la empresa

Puede que estés encantado de haberte conocido y pienses que tu gestión empresarial es maravillosa, pero no hay nada como una objetiva llamada de atención por parte de las personas con las que trabajas. Son ellos los que lidian con las cuestiones más técnicas, las que son determinantes para que las cosas salgan adelante. Por ello, son precisamente estas personas las que tienen el conocimiento suficiente para aconsejarte sobre lo más conveniente para la empresa.

Probablemente, sea el momento de plantearte la creación de una breve encuesta o cuestionario en el que se traten aspectos sobre la organización: ¿cómo valoras la marcha de la empresa? ¿Con qué te sientes más inseguro dentro de nuestro paquete comercial? ¿Qué te parece mejorable? ¿Dónde ves nuestra organización en el futuro? ¿Crees que es fácil prosperar en esta compañía? Hay cientos de cuestiones que pueden ayudarte a tener una visión más completa sobre la gestión que estás realizando.

Por mucho que te duela lo que aparezca, nunca olvides que tus empleados son los primeros que van a querer trabajar para una empresa más competitiva. Las críticas son fruto de una inquietud, no de una sensación de revancha.

Implícales en tus objetivos

Por un lado, deberías preguntarte si tienes un objetivo claro para tu pyme. En muchas ocasiones, las pymes caen en el victimismo y se dejan arrastrar para la mera superación del presente inmediato. Las inquietudes se basan en ser capaces de pagar los salarios, a los proveedores y mantenerse a flote. Por muy mal que esté la economía, hay que marcarse unos objetivos, tener unos motivos por los que luchar. El tema de la fijación de objetivos es un campo maravillo pero, ya que hablamos del clima laboral, vamos a concretar que sí que tienes un objetivo.

Esos objetivos, unidos a las inquietudes detectadas en el principio anterior, deben ser comunicados, consensuados y trabajados en equipo. Para que te hagas una idea, esto es como ponerse a dieta. Si no se lo dices a nadie, no sentirás la presión de ser observado cuando ataques el buffet  que ha organizado uno de tus socios.

En fin, implicar en los objetivos es una forma de potenciar la competitividad interna, de dar una razón para acudir al trabajo y, sobre todo, de crear una motivación.  Es primordial hacer saber a la plantilla que esos objetivos sólo se conseguirán con el esfuerzo de todos.

Mantenlos informados

Para que este nuevo espíritu no sea flor de un día es importante comunicar los progresos (o los retrocesos). ¿Estás a mitad de abril y las cosas marchan bien? ¿Se está cumpliendo con lo esperado? Dilo. Celébralo con palabras. Es el momento de compartir un éxito comunitario. Sólo así mantendrás el clima positivo de superación. Si, por el contrario, las cosas no van como se pensaba, comunícalo también.

Gratifícalos

Ya está, lo habéis conseguido: objetivo superado. No es el momento dejarlo pasar, os lo merecéis. Organiza algo especial y piensa algo creativo que demuestre a tus empleados su papel en el logro. Ahora que has creado sinergia entre las aspiraciones de toda la plantilla, no vayas a estropearlo.

Sabemos que es un momento muy difícil para dar un bonus u otro tipo de gratificación económica, pero existen muchas maneras innovadoras de demostrar a la gente que son únicos, que son valiosos y que son esencia de la empresa.

No bajes la guardia

Esto no es un deseo de fin de año. Se trata de una actitud ante la gestión que es obligatoria para cualquier directivo. De hecho, es de 1º de Grado. Por ello, debes repetir el proceso cada cierto tiempo. Debes asegurarte de conocer cómo se desarrollan las inquietudes de tus empleados, cómo observan el progreso de la empresa y la libertad que das para integrarse en la generación de objetivos.

Todos estos detalles que contamos son muy básicos, pero os sorprendería saber la cantidad de amigos que nos cuentan sus problemas y que, objetivamente, tienen la solución en aspectos como el tratado. Os aseguramos que una simple mirada a tus trabajadores puede enriquecer muchísimo el rumbo de tu pyme.

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